En los últimos treinta años, Barcelona ha pasado de tener poco más de 250 incineraciones en el año 1983 a tener 7.010 en el 2010, lo que supone un 41% del total de servicios. Este aumento responde a una nueva manera de entender la vida, y también la muerte.
Gracias a los esfuerzos de Cementerios de Barcelona por conseguir que las familias depositen las cenizas en los cementerios, el número de urnas que permanecen en estos recintos se ha incrementado significativamente en los últimos tres años, y ha pasado del 20% en el año 2006 al 30% en el 2010 (el 70% restante se entrega a las familias que deciden guardar la urna en casa o bien esparcir las cenizas en sitios concretos).
Espacios para las cenizas
Aunque los cementerios son el lugar de inhumación de referencia, es práctica habitual en el caso de las cenizas esparcirlas por lugares incorrectos y de formas inadecuadas. Ante eso, y con el fin de dar respuesta al incremento de la demanda para la práctica de la incineración y hacer prevalecer el respeto por el medio ambiente, Cementerios de Barcelona apuesta por concienciar a la población de que los cementerios son el sitio natural para albergar las cenizas de los seres amados.
Actualmente, las instalaciones disponibles para esta finalidad son: el Jardín del Mediterráneo, en el Cementerio de Montjuïc; el Bosque de las Cenizas del Cementerio de Collserola; el Jardín del Reposo de los cementerios de Montjuïc y Collserola; el Jardín de los Aromas y el Jardín de Esparcimiento de Cenizas del Cementerio de Montjuïc, y los columbarios cinerarios de diversos cementerios.
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